"Ayúdales con Flores de Bach"
Los animales, ¿tienen emociones? Si convives o has convivido con animales la respuesta para ti será muy evidente: ¡por supuesto que sí! Al igual que sus compañeros humanos pasan por procesos de desequilibrio que pueden estar relacionados o no con los procesos de las personas con las que viven.
Desde hace años mis clientes me preguntan sobre la forma de ayudar a sus amigos peludos con problemas de comportamiento o que sufren enfermedades de las que no se recuperan del todo aun teniendo tratamiento veterinario y el apoyo de etólogos.
Los animales en estado libre se rigen por reglas naturales que desaparecen en el momento que entran en nuestra casa y pasan a ser miembros de la familia, lo que puede dar lugar a conflictos emocionales importantes. Algo tan habitual como traer un nuevo animalito a casa, la pérdida de un ser querido (humano o animal) o la llegada de un bebé puede generar determinados trastornos de mayor o menor gravedad dependiendo de la atención que reciban.
Desde luego hay otros muchos factores que influyen en esta pérdida del equilibrio como la alimentación inadecuada, la contaminación, entornos no adaptados…pero esto es otra cuestión.
A menudo estos problemas derivados de conflictos que se establecen en el hogar tanto con sus tutores humanos como con otros animales con los que comparten el espacio hace conveniente que el tratamiento floral sea conjunto, ya que nuestros peludines absorben las emociones que flotan en el ambiente, las mejores y las peores.
Esto es muy fácil de comprobar: si observamos un poco podemos ver hasta qué punto nuestros pequeños amigos se “conectan” con nosotros sabiendo en qué momento vamos a llegar casa mucho antes de que puedan oírnos o incluso vomitando si a nosotros nos ha sentado mal la comida.
Recuerdo el caso de un gato siamés llamado Lewis que vivió la muerte repentina de su compañero humano con manifestaciones muy parecidas a la esposa del fallecido: ambos dejaron de comer, no podían dormir, lloraban llamando a la persona que se había ido…
Lewis que hasta aquel momento había sido un gato muy adaptado a la vida en un apartamento, muy tranquilo y respetuoso con las cosas de casa, de un día para otro empezó a destrozarlo todo y a maullar a gritos por las noches, lo que generó un problema con los vecinos.
Las molestias que ocasionaba Lewis en el vecindario hicieron reaccionar a su tutora viendo que si aquello continuaba Lewis no podría seguir viviendo en casa, lo que hubiera sido otro terrible golpe para ella. Cuando María, que así se llama la tutora, vino a hablar conmigo y me contó el caso decidí hacer preparados de flores de Bach para ambos y ayudarles a asimilar la pérdida. En muy poquitos días, Lewis dejó de destrozar la casa y de maullar por las noches y ella se recuperaba poco a poco del duro trauma que había sufrido.
No quiero cansarte contándote un montón de casos pero si crees que podemos ayudarte a ti o a tus compañeros peludos, consúltanos. A veces tendemos a tomar soluciones extremas y quizás la respuesta es más sencilla de lo que parece. Además, los preparados de flores de Bach son completamente inocuos y no interfieren con cualquier tratamiento que se esté haciendo.
Espero que este artículo te haya resultado útil. Si deseas saber más sobre las flores de Bach, te invitamos a que sigas leyendo aquí.
Marga Quiroga
Naturópata-Acupuntora